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PANORAMA DE LA POESÍA AYACUCHANA PARTE II

                                                                                                                        Por : Elmer Arturo Arana Mesias 
¿Y LA VIOLENCIA POLÍTICA?
Es paradójico que Ayacucho, que ha sido avasallada por la violencia senderista y militar, no haya dejado testimonios poéticos sobre este tema. Y no es un caso que atañe sólo a los jóvenes. Entre los consagrados tampoco encontramos muchos poetas que se aboquen de este tema. Es decir, pareciera que Ayacucho no produjo literatura de post guerra. Salvo el caso de Marcial Molina que escribió “Ayacucho hora nona o un espacio para voces ausentes” (poesía), no existe otro. Son escasos los escritores que abordan el tema con seriedad. En la narrativa uno de los que lo intentaron fue Mauro Rondinel con “Morir en Uchuraccay” (novela) y recientemente Emilio Laynes Luján con “Infiernillo” (cuentos).

Ocurre que la lectura de libros que alimentaban el pensamiento comunista estuvo totalmente prohibida en la época de la violencia. Las personas por temor a ser sindicadas como terroristas tuvieron que enterrar sus libros o quemarlos. Por ello tal vez se justifique que los escritores sientan temor de escribir sobre ello porque los ubicaría como testigos de estos hechos.
Me atrevería a decir de cada diez personas, ocho tienes parientes que fueron asesinados, desaparecidos o torturaros por miembros senderistas o militares. Entonces, ser ayacuchano era síntoma de ser subversivo, aunque sea pasivamente. Muchos intelectuales dejaron de lado sus inclinaciones comunistas para evitar ser confundidos y padecer alguna persecución. Entonces mi hipótesis es que los escritores prefirieron evadirse de este tema para no asumir alguna que otra contingencia. En todo caso es un vacío en nuestra literatura la ausencia de tan cruenta suceso.


¿Y LA NARRATIVA?
Pocos de los jóvenes han publicado alguna novela o cuentos. Elmer Arturo Arana Mesías ha publicado cuentos en periódicos locales y en revistas literarias que él mismo fundara en compañía de otros amigos, cuentos con los cuales ganó un pequeño concurso de cuento organizado por la desaparecida organización cultural “Contracorriente”.
Ricardo Ríos asoma por temas amorosos. Urbano Muñoz ha escrito “Relatos al atardecer” que reúne un conjunto de cuentos de variada temática. Federico Altamirano Flores, con “La furia del silencio” también ha merecido muchos elogios por parte de Víctor Tenorio García. Altamirano es de los que exploran constantemente las posibilidades de la expresión literaria. No tiene un estilo definido. Su cuento “Perla”, es a mi juicio uno de los más logrados.

CARÁCTER DE LA POESÍA JOVEN: LA VARIEDAD
Si afirmamos que Ayacucho ha pasado a ser la unión de muchos mundos, esto incluye variedad de formas de vivir, de pensar, de ubicarse en el universo y en la sociedad. En Ayacucho, al igual que en todo el Perú, la migración ha traído como consecuencia el mestizaje cultural. La gente de pueblo se mezcla con los resentidos, éstos con los conformistas y aquéllos con los tolerantes. Mariátegui afirmaba que el escritor debe comprometerse con su tiempo, y nuestro tiempo es la variedad.
“La poesía no cumple ningún rol para salvar el mundo, pero sí para prolongarle su agonía: engañarnos (a los que creemos en ella) que podemos salvarla. Este acto de esperanzas (léase ingenuidad) ya es un motivo para aplaudirlos”. (Harold Alva) Cuando le preguntamos a Ricardo Ríos sobre el compromiso en la literatura, respondió contundentemente: Estamos comprometidos con lo que hacemos, escribir.
Hasta hoy nuestros poetas vienen siendo, según Alva, un archipiélago de islas que en conjunto nada dicen, pero de ahí se espera que salga un lote muy buenos de escritores que trascienda nuestras letras.




Parafraseando a Parra culmino:
“Jóvenes, escriban lo que quieran,
En el estilo que les parezca mejor
Ha pasado demasiada sangre bajo los puentes
Para seguir creyendo
Que sólo se puede seguir un camino:
En poesía se permite todo”

1 comentario:

  1. Imagino que todo acontecer apabullante crea un malestar en el desarrollo cultural y artístico de los pueblos. Esto sucedió en Ayacucho de los 80.
    La represión crea una literatura reprimida, acosada por su fantasma: la amarga inspiración. Pero estas cosas no son perdurables, porque entre las cosas divinas está la palabra, la que da origen a la inspiración fantástica de su realidad.
    Saludos, atawallpac

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