Le agradezco a la señora ministra sus
palabras de presentación. La he conocido en este proceso de transferencia y he
encontrado a una mujer valiente, con coraje, decidida a pelear las causas en
las cuales cree. Les pido un aplauso de despedida para ella.
En el discurso presidencial del 28 de julio
se indicó nítidamente la misión que se nos ha encomendado como ministerio:
abatir la discriminación, aquella que deriva de motivos étnico-culturales, pero
también todo tipo de discriminación. Y se ha dicho más, se ha dicho que vamos a
cumplir 200 años de República, pero que
somos una sociedad con miles de años de historia. Nuestra vida republicana es
de 200 años, pero somos una sociedad que tiene mucho más de historia en su
haber, no solamente somos un país milenario, sino también un país cuna de
civilización.
Mi recordado amigo José Matos Mar, tan
pertinente para esta circunstancia, decía que esa civilización está viva. Se
ve, no solamente se ve en el Ande, se ve en nuestras ciudades, se ve en la
cooperación de nuestros barrios cuando construyen su vida, sus espacios
públicos, sus casas, está allí, está en nosotros, en todos nosotros, no importa
el color de nuestra piel, está allí, somos andinos, y es parte de un
reconocimiento que debemos totalizar.
Se ha avanzado de manera significativa. La
identidad cultural nuestra está desarrollándose vigorosamente, está
conquistando más espacios, tenemos que abrirles todavía más, tenemos que
completar esa tarea y ese es el encargo que tenemos. Sé que se dice que voy a ser más que ministro
de cultura, un político en el Ministerio de Cultura. Quiero desengañarlos, voy
a ser ministro de Cultura, y la cultura no debe ser entendida como el lado
subsidiario de los asuntos políticamente sensibles de este ministerio, que los
tiene, sino que la cultura es como el meollo de nuestro trabajo, su desafío
politico principal.
Sé que han hecho muchas cosas, lo hemos
visto leyendo los informes de la transferencia. Por eso venimos en primer lugar
a escuchar. Hemos conocido en estos documentos todas las cosas que se han hecho
en este ministerio, muchas de muy alta calidad, y muchas, quizás las de más
alta calidad, con muy pocos recursos.
Parte de nuestro trabajo en el ministerio,
para decirlo, con una frase que no me gusta mucho, pero que se usa con
frecuencia será: ponerlo en valor. Como decía el poeta Machado, es de necios
confundir valor y precio. Tenemos que saber que la cultura es un activo. Un
activo, en primer lugar, para mejorar nuestra convivencia, por eso lo de abatir
la discriminación; pero un activo para lograr seguridad, un activo para
producir empleos y trabajo, un activo para mejorar nuestra vida en comunidad,
para mejorar nuestra vida en común, para aprender a vivir juntos.
Esa es la tarea que tenemos, vamos a
trabajar sobre lo que se ha hecho antes, sobre lo que han hecho los ministros
que me antecedieron. Vengo con muy pocos colaboradores, porque espero que todos
ustedes sean los colaboradores del trabajo que tenemos por delante juntos, y
que juntos, como las piedras del río, aprendamos, poco a poco, a ubicarnos y a
movernos, y a poder dar lo mejor de cada uno de nosotros. De modo que les
agradezco la recepción, iremos convocando a cada uno de ustedes a conversar, a
escuchar, a ver cómo podemos hacer para mejorar el trabajo de todos, y ahora…
¡a trabajar!
Muchísimas gracias.
Fuente: www.cultura.gob.pe
Fuente: www.cultura.gob.pe
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